14 feb 2017

El Río de los árboles de oro. (Melancolías de un naturalista urbano).


Fresnos de hoja estrecha, Fraxinus angustifolia, Manzanares, El Pardo, excursión, Conoceris, Madrid.
Fresnos dorados en las riberas del Manzanares en El Pardo.

Sería el año 1980 u 81, cuando mi abuelo Urbano comenzó a llevarme de paseo al Manzanares. El veía los partidos o los entrenamientos de rugby que le gustaban mucho y a mi me llevaba un rato al Río o, luego más mayor, me dejaba se volvía a la Ciudad Universitaria y luego me recogía y volvíamos escuchando Jazz, del bueno, a comer a casa de la abuela en Chamberí.



En una de las primeras salidas a las que hacía alusión, en pleno invierno, recuerdo haberle preguntado porque los arboles muertos (viniendo de Venezuela eso de que volvieran a vivir no lo tenía claro) parecían de oro. Él, pragmático ingeniero, respondió con prontitud que fuera y lo averiguara. Eso hice y corrí hacía el más próximo, sin pensarlo quebré una ramita para observarla, y volví feliz pensando haberlo resuelto. La corteza esta debajo, es un liquen.

Fresnos (Fraxinus angustifolia) y alisos (Alnus glutinosa) cubiertas sus cortezas por el liquén de pan de oro (Xanthoria parietina). De ahí los árboles dorados.

Pero quería saber más y mi abuelo daba esa respuesta por suficiente. Al llegar a casa le pregunte a Piedad que me contó algo sorprendente. Una historia que ella, a punto de cumplir cien años, ya no recuerda.

Fresnos de hoja estrecha, Fraxinus angustifolia, Manzanares, El Pardo.
Fresnos de hoja estrecha (Fraxinus angustifolia) de gran porte en la ribera del Manzanares en El Pardo.

Venía a ser a dicha historia que en tiempos de la Grecía Clásica... Mi abuela siempre me contó los mejores cuentos, los más peliagudos, los de Héroes y Dioses griegos y de Reyes y Caballeros Andantes. En una de las mejores: Jasón , un joven al que por linaje le correspondía el trono, se presentó ante el rey de Yolcos, su tío Pelias (que había derrocado al padre de Jasón), y le solicita que cumpla con los designios que lo reclamaban como soberano de las tierras. Pelias  le responde que le traiga el vellocino de oro que se hallaba sobre un roble en la región de Cólquida y el trono sería suyo. Jasón con ayuda de su tutor, el centauro Quirón, construyó la nave “Argos”, y reclutaron a su tripulación, los “Argonautas”.

Encina, Quercus rotundifolia, Reservado, El PAado, Madrid, excursión,
Encina de buen porte al otro lado de la valla de El Pardo al caer el sol.

Entre las muchas aventuras de tan largo periplo, me contó aquel día Piedad, que: "...antes de llegar por fin a su destino. Y que Jasón se presente ante Eetes, rey de Cólquide. Vieron desde el Argos un árbol, un gran roble que refulgía como el oro. Pensarón quizás que habían hallado su meta sin ayuda. Fueron a tierra y al desembarcar Orfeo se percato de que por encima del nivel de la pleamar había huesos anaranjados por una cubierta de líquenes, así advertidos retomaron el rumbo, afortunadamente pues aquella isla estaba habitada por todo tipo de horrores..."

Alisos, Alnus glutinosa, Manzanares, el Pardo, Madrid,
Troncos enzarzados en una lentisima danza, Contact Improvisación al ritmo de las estaciones.

Aquél liquen que torna los árboles y los huesos en oro es la Xanthoria parietina, el liquen de pan de oro. Un liquen que en condiciones de fuerte insolación y poca humedad ambiental tiene un color y resplandor áureo, perteneciente a la familia de las Parmeliaceae. Suele crecer sobre la corteza de árboles, rocas calizas, tejados, huesos de animales, siempre un poco basófilo. Como todos los líquenes está formado por la íntima unión simbiótica entre un alga y un hongo. El alga o ficobionte aporta la energía obtenida de la fotosíntesis, mientras que el hongo o micobionte aporta el agua y los minerales. Hace muchísimos millones de años aprendieron a convivir, ayudándose mutuamente, lo que les permitió colonizar exitosamente colonizar todo tipo de medios, que por separado no podrían.

Sauceda de Salix purpurea, tambien estan presentes S. alba y S. atrocinerea, destrozada con un poda jardinera absurda.

En ese meandro tras la presa del embalse de Mingorrubio quedan los pocos restos de lo que fue la vega más fértil y hermosa, rodeada de encinares centenarios, donde se cazaron osos entre frenos vetustos y olmos afinados, mimbreras extensas y humedales... Un Río mediterráneo que inicia su tramo medio tras encajonarse a pies de la Sierra de Hoyo. Solo nos queda un bosquejo de ese paisaje, pero paseando por aquí y eligiendo bien el ángulo de nuestra mirada, podemos sentir todavía la esencia de ese tramo del río ya perdido entre el embalse y las canalizaciones del siguiente tramo urbano.

Manzanares, El Pardo, Excursión, vegetación de ribera.
El Manzanares a su paso por El Pardo con riberas bien desarrolladas.

Aquí, disimuladas por la "rehabilitación" del corredor ecológico que intento transformar campos cubiertos de montones de escombros y basuras en un parque urbano, las laderas y riberas tan erosionadas entonces, presentan mejor aspecto. Pero hemos perdido hábitats singulares: Las charcas, las temporales entre los escombros donde los sapos corredores se agazapaban intentando camuflarse entre el pardo del barro y el verde de las algas. El caño junto a la estación de aforo, de ahí bebía siempre, y en las charcas a sus pies encontraba los sapillos pintojos. Un poco más arriba había un charcón profundo en el límite del aliviadero del embalse donde encontraba los sapillos parteros. Aún así la recuperación ha sido buena, pese a la enorme presión humana hemos pasado de lavadero de coches, a recorridos deportivos. Pero aún sigue siendo un desconocido este espacio periurbano que nos brinda vista directa a las laderas del Manzanares del Pardo.


Encina, Quercus rotundufolia, El PArdo, Madrid,
Las encinas de gran porte que se situaban en la entrada de la estación de aforo de Mingorrubio, eliminada en 2014.

Cuando en los ochenta y noventas visitaba el área con asiduidad lo que más me gustaban eran los abejarucos (la colonia del meandro se perdería en 1984 o así, pero aún eran abundantes), el martín pescador (apenas una mancha azulada que cruzaba raudo) y la imperial. El águila imperial era asidua a recorrer estos parajes y su paso siempre me dejo alucinado. Al ser un verdadero corredor he visto muchas grullas cruzar por encima, en ocasiones gansos, y en los últimos años el espectáculo lo ponen las gaviotas entrando al Embalse. En las laderas de la Reserva de Patrimonio Nacional (el antiguo cazadero real sigue en manos de las instituciones del Jefe del Estado) se pueden observar numerosos gamos, ciervos y jabalíes. El gato montes el único carnívoro relevante que he observado en la zona, parece desaparecido, aunque sus rastros los encontramos en los gatos ferales "amontesados" que por allí viven. Los visones americanos eran muy frecuentes, ahora no tanto, e incluso me han comentado de la presencia de nutría, de la cual aún no vi rastros que siempre ando buscando.

Arce Negundo, Acer negundo, especie exótica, Ruta bótanica, Puente de los Capuchinos, El Pardo, Madrid,
Cartel indicativo y árbol (Acer negundo), especie exótica norteamericana, en la Ruta Botánica del Puente de los Capuchinos.

Al cabo de los años acumulo muchas anécdotas respecto a este rincón de Madrid, entre ellos las rarezas. En el año 93, creo que fue cuando vi un avetoro con dos compañeros de la facultad, la noticia fue recibida con incredulidad por otros colegas "ornitólogos", pero a los pocos meses ellos citaban a la especie, pero del lado de Colmenar Viejo, y como reproductor. Supongo que las molestias en el Parque del Corredor del Manzanares son demasiadas para que esta esquiva ave se decida a reproducirse. En 2013 en una excursión de un curso universitario de verano que dirigía encontramos varios cisnes mudos (Cygnus olor). En la misma excursión en la primera edición del curso, en 2012, vimos una oca del Nilo (Alopochen aegypthiacus) cuando era aún una cita poco corriente. En 2007 fue cuando en una breve visita pude ver un águila pescadora que venía del embalse y se dirigía al Sur siguiendo el manzanares.

Aliso, Alnus glutinosa, Manzanares, El Pardo, Madrid.
Alisos y fresnos dorados junto al cauce del Manzanares en Mingarrubio, Madrid.

Pero lo que más añoro eran los grandes descubrimientos que hice por mi mismo como que los lucios alevines tenían una librea colorida de pez de acuario tropical, ver eclosionar los huevos de un sapo partero al borde de una charca, las riberas repletas de sapitos al metamorfosear en forma adulta, comenzar a aprender a reconocer renacuajos, puestas de anfibios, aprender a preguntar a pescadores y lugareños sobre la fauna local..

Sierra de Guadarrama, Paisajes, Embalse Mingorrubio, El Pardo, Madrid, Manzanares
Sobre la Presa de Mingorubio se vislumbra la Sierra de Guadarrama con sus nieves invernales.


En fin, es uno de esos lugares de naturaleza urbana que hacen de Madrid un lugar especial, El Monte del Pardo, que ya tenía ese nombre antes de que Madrid fuera Capital. Un enclave que descubrir e ir más allá de "usarlo" como pista de deportes.

Gaviotas cruzando frente la luna camino al Embalse de Mingorrubio.

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