29 dic 2016

Salida al Embalse de Pedrezuela (Guadalix de la Sierra).


El pasado 23 de diciembre fuimos a la cola del Embalse de Pedrezuela. Quedamos en Plaza Castilla en la estación subterránea planta -3 para coger el autobús 726 destino a Guadalix de la Sierra de las 8:50. El recorrido inicial de la línea de autobús discurre por la Carretera de Colmenar que discurre en el interfluvio entre la cuenca del Manzanares y la del Jarama. El tiempo fue como esperábamos, una mañana fría (2ºc) con una sensación térmica algo superior por la acción conjunta de las nieblas y el sol que las va disipando. Subiendo hasta al medio día alcanzar unos 12ºC con una sensación térmica muy agradable al calor del sol y un poco fresca a la sombra.


En el trayecto del autobús pudimos observar como el Bosque de Valdelatas esta cada vez más aislado por el cerco de los campus de comillas y la UAM, mientras que la única porción de pastizales que aun lo conecta con el Soto de Viñuelas será urbanizado por el Ayuntamiento de Alcobendas. Pudimos observar algunas rapaces (milanos reales y ratonero junto con alguna gaviota sombría) sobre el vertedero de Colmenar Viejo. El embalse de Santillana tenía un aspecto estupendo con las nieblas disipándose permitiendo al sol iluminar la lamina de agua reflejando  su luz y asomandose imponente la Pedriza sobre Manzanares del Real con el imponente Castillo de los Mendoza y la Dehesa de Soto del Real. Pero vamos a pajarear el Embalse de Pedrezuela para comprobar tiempos, conexiones y esas cosas para tener la excursión más controlada y lanzarla en enero junto con otras (avutardas, lobos, PN Sureste y Canal del Manzanares, y Monte del Pardo). Su principal atractivo frente a Santillana es la facilidad de acceso y la diversidad de anátidas que presenta, con alta probabilidad de bichos invernantes poco frecuentes, rarezas y grandes rapaces.


Llegamos en la hora exacta a la parada más próxima al recorrido, la penúltima de Guadalix, antes de la bifurcación que lleva a Venturada o a la N-I. La parada de vuelta se sitúa un poco más adelante enfrente. Es un paseo muy comodo que se inicia por un parque que se convierte en huertas, cuadras y cercados de ganado, hasta transformarse en la cola del embalse. La primera parada que realizamos fue en El Pilancon, la antigua artesa que surtía hasta hace poco más de diez años de buen agua al Pueblo. Allí observamos los primeros y más conspicuos de los habitantes del embalse en invierno, los cormoranes y gaviotas, junto a ellos algunos de los patos más interesantes: Ánade friso (Anas streptera), ánade real (Anas platyrhynchos), cerceta común (Anas crecca), cerceta carretona (Anas querquedula), pato cuchara (Anas clypeata), porrones comunes (Aythya ferina) y moñudos (Aythya fuligula), ánade silbón (Anas penelope), zampullines chicos (Trachybaptus ruficollis), fochas (Fulicula atra). Pero era difícil distinguirlos entre la algarabía de gaviotas, y por mucho que buscara no encontraba a los rabudos (Anas acuta), ni gansos (Anser anser), ni tarros (Tadorna sp.)... También alguna garza real, cigüeña y garceta se destacaba y mucho más disimulado un martinete estaba posado entre las ramas de un sauce. Observamos también algunos pajarillos como petirojos, pinzones, verdecillos, reyezuelo común, mosquiteros, etc.


El camino asfaltado continua hasta el área recreativa de la Virgen del Espinar junto a la orilla del embalse. Justo en este área de recreo con aparcamiento, aunque hay mucho movimiento de personas (o quizás por esto mismo) hay un buen punto de observación. La cuenca visual es amplia, dominándose buena parte de la orilla norte del embalse, los humedales de la cola de embalse, y las elevaciones de los Cerros y la Mesa, con su encinar-enebral adehesado; y el siempre imponente fondo escénico de la Sierra de Guadarrama que se distingue entre los filones plutonianos de La Pedriza y La Cabrera, dominando la Najarra. En este punto pudimos observar que la los grupos de gaviotas poco a poco desaparecían hasta que apenas quedaron una zonas de agua con muchos restos de plumas, señalando lo vacías que dejaban esas superficies. Los patos entonces se adueñan de la laguna, patos cuchara y porrones forman grandes manchas y la forma de alimentación de los cucharas, dando vueltas alrededor de si mismos y de los demás se presentaba como un curioso ejercicio de natación sincronizada. Grandes grupos de fochas toman espacio y se alimentan en las zonas someras junto a los ánades reales, cercetas y frisos toman la zona marginal de la lámina de aguas, entre ellas vuelvo a distinguir a una única cerceta carretona.

El itinerario continua por un amplio camino perimetral que deja de estar asfaltado, y tras pasar una antigua cancela que prohibe el transito de vehículos a partir de este punto. Cada poco alguna senda parte del camino hacía la orilla. Estos accesos de pescadores son en ocasiones buenos puntos de observación sin molestar a la fauna. En uno de ellos vislumbramos un martín pescador (Alcedo atthis)que partió como una flecha azulada. Pero en un determinado momento es connveniente  asomarse hacía la lamina de agua para disfrutar del calor del sol y observar la porción más occidental del embalse. En esta zona se concentran la mayoría de las gaviotas, algunas reidoras y sombrías jóvenes permanecen incluso al mediodía. Al fondo se distingue el embarcadero y detrás la urbanización Cotos de Monterey. Sobre este fondo comenzamos a ver movimiento de aves, en su mayoría milanos reales (Milvus milvus) de los que llegue a ver una decena. Sobre volaron varios buitres leonados lo que molesto a los milanos y junto a ellos un ejemplar de aguilucho lagunero.
Tras un frugal almuerzo de embutidos y latas continuamos buscando rapaces aunque ya era la hora prevista de vuelta. Decidimos alargar la excursión debido a lo agradable que estaba el tiempo. Al poco sobre los Cerros vislumbre otras rapaces, en esta ocasión eran buitres dos negros (Aegypius monachus) y algún leonado (Gyps fulvus). Un poco más a ala izquierda entro una imperial joven damero (Aquila adalberti) y  que se perdió rápidamente hacia el SW. Otra rapaz que se dejo ver fue un aguilucho cenizo sobre el embarcadero en pugna con un cernícalo que no paraba de acosarlo. Al fondo oeste cerca de nuestra orilla se observaban grupos de porrones, somormujos, algún cormorán y zampullines.




Para poder ver a esas aves y dado que prolongabamos la excursión continuamos hacía el oeste ya que además nos  permitiría observar mejor las aves del encinar, perdón quejigar, en esta porción, y mantener una amplia cuenca visual para vislumbrar aves planeadoras. De cuando en cuando buscamos en el movimiento entre setos de zarzas y  escaramujos o abrevando en la orilla del embalse las pequeñas aves invernantes y locales, pudimos ver con facilidad verderones, pinzones, pinzón real, zorzales, curruca cabecinegra, curruca capirotada, carboneros, jilgueros, pardillos, bisbita, lavandera blanca, mitos, herrerillo, ruiseñor bastardo, mosquiteros, abubilla. Seguimos buscando rapaces pero salvo los milanos que seguían volando activos al oeste y varios buitres que pasaron muy lejos no volvimos a tener suerte con las rapaces. Decidimos encaminar nuestros pasos hacia el pueblo a tan solo tres kilómetros y medio de la senda y medio más hasta la parada, a lo sumo, aproximadamente seis o siete kilómetros en total. 


En el camino de vuelta vimos las cigüeñas blancas agrupadas y como las gaviotas volvían después de su avituallamiento en los principales vertederos de Madrid y se posaban de forma masiva en la superficie del embalse. El hecho de que en los últimos veinticinco años una especie desconocida en nuestras tierras inverne en números masivos (cerca de 200,000 gaviotas de diferentes especies) aumentándose en vertederos y volviendo a descansar a los embalses que suministran el agua potable de Madrid con temperaturas cada vez mayores y concentraciones de aves muy tardías (abril-mayo) creo que representa un riesgo sanitario a considerar. Posiblemente las gaviotas estarían más tranquila en lagunas como el Porcal (que parece un dormidero cada año menos importante) o, preferentemente, en balsas de tratamiento terciario de aguas residuales que una ciudad como Madrid debería tener, y que sería relativamente fácil dada la existencia de la M-30 del Agua Residual... 




En el camino de vuelta hicimos varias paradas y tomamos pequeños desvíos, en uno de ellos se cruzo un arrendajo, mientras que en otro que cogimos para ver unas ovejas distinguí al fondo del camino un gatazo asoleándose. Mi compañera de excursión pregunto:
            - ¿Qué es eso?, ¿un perro?...
             - No, un gatazo, espera...
Lo busque por el otro lado del seto, con asombro del señor que guardaba sus ovejas, no asomaba por el seto, pero claramente el camino y el seto doblaban hacía el norte a la distancia en el que lo vi. Seguí entonces el camino donde estaba tomando el sol; y estaba allí mismo, en el recodo, apenas oculto de la vista desde el camino. Me miro con ojos penetrantes y salio corriendo. Subió hacía un árbol ya alejado de mi. Le deje ir, lo había observado a gusto, para mi montés, pero si es híbrido (muy cerca del pueblo) no lo discuto, por detrás un poco rojizo menos cenizo que los que he visto por el Valle de Lozoya, pero con toas las características y comportamiento. Cogimos el autobús de vuelta dos horas más tarde como habíamos pactado, aunque vino con algunos minutos de retraso llegó puntualmente a Plaza Castilla.



Si alguien desea unirse y disfrutar de esta y otras excursiones y experiencias de naturaleza, conmigo de guia, mandadme un privado a: pelodytes@gmail.com.




Especies de aves observadas en el Embalse de Pedrezuela en la salida del 23 de diciembre 2016: Ánade friso (Anas strepera), Silbón europeo (Anas penelope), Ánade azulón (Anas platyrhynchos), Cuchara común (Anas clypeata), Cerceta común (Anas crecca), Cerceta carretona (Anas querquedula), Porrón europeo (Aythya ferina), Porron pardo (Aythya fuligula), Porron moñudo (Aythya nyroca), focha común (Fulica atra), Somormujo lavanco (Podiceps cristatus), Zampullin chico (Tachybaptus ruficollis), Garceta común (Egretta garzetta), Cigüeña blanca (Ciconia ciconia), Garza real (Ardea cinerea), Martinete (Nycticorax nycticorax), Agachadiza (Gallinago gallinago), Andarríos chico (Actitys hipoleucas), Gaviota reidora (Chroicocephallus ridibundus), Gaviota sombría (Larus fuscus), Gaviota patiamarilla (Larus michaellis), Ratonero (Buteo buteo), Milano negro (Milvus milvus), Cernicalo vulgar (Falco tinnunculus), Aguilucho lagunero (Circus aeruginosus), aguilucho cenizo (Circus pygargus), Águila imperial ibérica (Aquila adalberti), buitre leonado (Gyps fulvus) buitre negro (Aegypius monachus), verderones (Chloris chloris), pinzon real (Fringilla montifringilla), milrlos (Turdus merula), zorzales (Turdus sp.), curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala), curruca capirotada (Sylvia atricapilla), carboneros (Parus major), jilgueros (Carduelis carduelis), pardillos (Carduelis cannabina), bisbita alpino (Anthus spinoletta), lavandera blanca (Motacilla alba), mitos (Aegithallus caudatus), herrerillo (Cyanisttes cearuleus), ruiseñor bastardo (Cettia cetti), mosquiteros común (Phylloscopus collybita/ibericus), abubilla (Upupa epops), petirojos (Erithacus rubecula), pinzones (Fringila coelebs), verdecillos (Serinus serinus), reyezuelo sencillo (Regulus regulus), mosquitero musical (Phylloscopus trochillus), martín pescador (Alcedo atthis), gorrión común  (Paser domesticus), gorrión molinero (Paser montanus), estornino negro (Sturnus unicolor), estornino pinto (Sturnus vulgaris), urraca (Pica pica), arrendajo (Garrulus glandarius), tortola turca (Streptopelia decaocto), tortola europea (Streptopelia turtur), paloma torcaz (Columba palumbus), paloma domestica y torcaz (Columba livia) y gato montes (Felix sylvestris).

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