16 dic 2016

Gaviotas en Madrid.

Encapricharse de las gaviotas.

Fotografía 1: Gaviotas reidoras en en Parque Manzanares Sur.
 
Desde hace cinco años visito regularmente, al menos una vez por semana, el Parque Lineal del Manzanares para observar su fauna, bueno, "pajarear" con los prismáticos y, a veces, con el telescopio. El Manzanares para mi carecía de interés desde su entrada a Madrid. En primer lugar por estar embalsado en 10 represas; en segundo por contaminado y ausente casi de vida y finalmente por estar encajonado entre la M-30 casi aislado del todo. Tras las faraónicas obras de la M-30, con alguna visita que pude realizar a las operaciones de salvamento arqueológico, apenas visite el Río hasta que hace seis años me hice asiduo a largos paseos que muchas veces me llevaban al tramo entre Príncipe Pío y el Puente de Segovia. Entonces me sorprendí del gran número de gaviotas sombrías (Larus fuscus) que al atardecer y por la mañana cruzaban nuestros cielos. Hace unos cinco años que me traslade a Usera y conocí el Parque Río y el tramo urbano sur del Manzanares. A pesar de mis reticencias iniciales basto con bajar un día el telescopio y observar más de veinte especies, entre ellas garzas reales (Ardea cinerea), garcetas (Egretta garzetta), martinetes (Nycticorax nycticorax) y numerosísimas gaviotas…

La primera noticia que tuve de las Gaviotas en el Manzanares fue en el instituto (año 1986, creo) de mano de mi amigo Alfonso J. Puerta. Visitábamos a menudo la zona del Pardo para martirio de la fauna menuda local que capturabamos y manipulabamos sin contemplaciones para identificarla. Un día observando una gaviota reidora (Chroichocephalus ridibundus) comenté que las había visto en el Lago de la Casa de Campo y que pensaba que serían de algún escape del zoo como estábamos acostumbrados por la presencia de por ejemplo perritos de las praderas que campaban a sus anchas en el exterior del recinto del parque zoológico de la Casa de Campo.

Su respuesta de que eran madrileñas y que se alimentaban en la zona del Matadero en Legazpi me sorprendió (para mi el Manzanares eran unos estanques  grandes y sucios con apenas vida más allá de unos patos “que puso Tierno” entre los dos sentidos de la abominable M-30). Ese mismo día al atardecer estábamos sobre el Puente de Santa María de la Cabeza viendo los grupitos de gaviotas reidoras que aún permanecían en el cauce

Pero, ¿por qué hay gaviotas en Madrid?

La aparición de las gaviotas en las grandes ciudades es un fenómeno reciente, aunque hay información desde el SXIX, es en el último cuarto del SXX cuando su presencia se hace notable en medios urbanos no portuarios. En España hay que sumar dos factores para explicar cómo la invernada interior de gaviotas y otras aves marinas se han disparado:
Por una parte un factor poblacional debido al aumento en número de parejas reproductoras de algunas especies, como la gaviota sombría o el cormorán grande, y por la expansión hacía el norte de las zonas de cría debido fundamentalmente al cambio climático. Por otra parte un factor de cambio de usos que ha permitido modificaciones en el paisaje y la disponibilidad de alimentos, es decir la construcción de grandes embalses y la aparición de grandes vertederos urbanos. Estos dos factores están relacionados entre sí por un tercero, una mayor protección de las especies salvajes no cinegéticas, al disminuir la presión de venenos y trampas, así como, la persecución directa.

 Fotografía 2: Gaviotas en el cauce urbanos del Manzanares, frente a Matadero: Sombrías las grandes obscuras y jovenes de color pardo, patiamarilla la grande de dorso más claro que mira a la izquierda, el resto son reidoras.

En Madrid los primeros datos de la existencia de gaviotas que tenemos son de 1955. Esas  primeras citas de gaviotas invernantes son de DÍEZ-PONCE DE LÉON Y SÁEZ-ROYUELA que estimaron entre 1.000 y 2000 individuos de gaviota reidora que pasaban el invierno en Madrid en aquellos años, concentrándose en el Lago de la Casa de Campo y alimentándose en el entorno del Manzanares. Su población siguió en aumento, aprovechando las lagunas resultantes de la extracción de áridos en la zona de Arganda, los vertederos y los embalses, hasta alcanzar las 120.000 ejemplares en censo de 2009, disminuyendo posteriormente, asociado al aumento de las gaviotas sombrías invernantes.

Aunque durante el siglo XX las gaviotas sombrías eran cada vez más frecuentes en la costa atlántica de la Península, no eran frecuentes en las zonas del interior peninsular. En Madrid, después de citas esporádicas más o menos frecuentes, los primeros individuos invernantes fueron detectados en el censo de 1989 unos 80 ejemplares entre gaviotas reidoras. Desde su aparición en Madrid la población invernante de esta especie no ha dejado de crecer, alcanzando la magnitud de las reidoras durante la invernada 2008/2009. Dicho año alcanzamos un pico en el número de gaviotas invernantes, estimándose unas 180.000 que caerá bastante y se estabiliza en los últimos años en unas 130.000. Como apunte a su abundancia cabe recalcar el paso masivo sobre la ciudad que ha llevado a que se discuta de ello hasta en Foro-Coches. O el episodio de Ana Botella justificando la no afección de las obras de la M-30 por la presencia de gaviotas reidoras en 2004.

La segunda especie que nos ocupa la descubrí cuando ya pajareaba más en serio en el Parque del Sureste, Laguna de Campillo, de Velilla, de Las Madres. Empecé a observar junto a las reidoras bastantes gaviotas sombrías entre las argénteas/patiamarillas (es la época de la inflación taxonómica del grupo cuando en gaviotas argénteas se distinguen L. argentatus, L. michaellis y L. cachinnans y sus subespecies) y las diferencias de plumaje entre ellas y según edades. También “descubrí” los grandes dormideros de sombrías en mis visitas al embalse de Santillana. Al principio eran unas pocas unas pocas en las ramas de unos chopos muertos que sobresalían de las aguas. Poco a poco su presencia se hacía más conspicua y supe que existía un gran dormidero en el embalse de Mingorrubio, en el Pardo.

En mis visitas a Colmenar Viejo siempre he preferido subir hacia las laderas de la Sierra de Hoyo y el tramo superior del Manzanares, pero a veces también visitaba el "cañón" aguas abajo, hogar de las collalbas negras, donde un Manzanares aún joven se mete en estrecheces para abrirse como cauce medio en las laderas del Pardo. Subiendo al "mirador" del Pardo podían observarse los grupos de gaviotas llegar al atardecer desde el Sur y desde el Este.

Mientras durante los últimos años de facultad, a finales de los noventa, en el embalse de Santillana pasaron a ser cada vez más abundantes hasta formar masas mucho más extensas que las reidoras y anátidas en la lámina de agua. De vez en cuando en estos humedales u otros descubría con placer alguna otra especie de gaviota y poco a poco fui empezando a distinguirlas y a apreciarlas. Y ahora intento observarlas siempre que puedo, desde la comodidad del Parque Río, o en los embalses, visitando vertederos y lagunas, y principalmente mirando al cielo de Madrid cuando cruzan.

¿Y dónde se meten tantas Gaviotas?

Una tarde de 2014 a finales del mes de enero pude contar unas setenta mil gaviotas pasar sobre el nudo sur, unas cuarenta mil sombrías y veintisiete mil reidoras, las reidoras pudo ser que las contara de más debido a que en la zona hay un pequeño dormidero con más de mil ejemplares en esas fechas. Estuve contándolas desde las tres de la tarde que vino un gran grupo que disparo mi curiosidad. ¿Cuantas venían? formaban una enorme V en el cielo, y una de sus ramas parecía infinita, junto a esa había varias "v" menores. Tengo practica en censos de aves entrando a dormideros y me hizo gracia intentar saber cuantas iban. Ese primer grupo superaba el millar... Sobre Valdemingomez se observaba un gran revuelo de gaviotas, que tomaban altura y salían en dirección norte, girando hacia el oeste sobre el Nudo Sur siguiendo el cauce del Manzanares. Seguí contando hasta que ya había anochecido, más de tres horas. Fue un espectáculo grandioso ver las uves y largas líneas de aves avanzando hacia la puesta de sol. 

Fotografia 3: Gaviotas sombrías sobrevolando Madrid

Este fenómeno se produce casi a diario en mayor o menor número, las gaviotas se desplazan desde sus dormideros en los embalses de Valmayor, Mingorrubio, Santillana y Pedrezuela y la laguna del Porcal y Campillo; a los vertederos principales de Madrid Valdemingómez, Colmenar Viejo, Alcalá de Henares, Mejorada del Campo, Pinto y Colmenar de Oreja. Y sobrevuelan en grandes números nuestra ciudad, principalmente sus rutas siguen los cauces de los ríos Manzanares, Jarama, Henares, aunque a veces, en especial en días claros, cruzan la ciudad sobre cualquier zona.
 
 Fotografía 4: Gaviotas reidoras en el aliviadero de tormentas del Nudo Sur en el Parque Lineal.
Probablemente esta fue la manera en que las sombrías descubrieron Madrid, subiendo por los cauces. Ante la presión del aumento de ejemplares invernantes en la costa portuguesa, las gaviotas comenzaron a subir por los cauces de los ríos principales; encontrando tranquilos embalses donde descansar y estupendos vertederos donde encontrar comida. En los vertederos ya estaban instaladas las cigüeñas blancas, gaviotas patiamarillas y algunas rapaces generalistas, posiblemente esto facilitara el uso de este nuevo recurso a las oportunistas sombrías. En Madrid zona de invernada de gaviotas reidoras, mucho más menudas que las sombrías, sería también un reclamo para esta especie plástica y oportunista, avezada cleptoparasita (ladrona de alimento) de otras gaviotas de menor tamaño.

¿Cuándo podemos ver a las gaviotas en Madrid?

La fenología y distribución de estas especies ha ido variando, en especial la de las gaviotas sombrías. Han pasado de invernar en la costa oeste peninsular mayoritariamente a hacerlo en el interior. Y acortando ostensiblemente el tiempo de ausencia, llegando a comentarse que pueda haber criado alguna pareja en el interior peninsular. Gracias al marcaje con anillas de colores podemos determinar que los países de donde viene mayor número de individuos son Alemania, Francia, Holanda, Gran Bretaña, Noruega y Islandia. Los primero individuos comienzan a llegar en el mes de agosto y la migración prenupcial comienza en Marzo.

Después del periodo reproductor, los efectivos migratorios de las poblaciones de Europa occidental, península Escandinava, Islas Británicas e Islandia, se dirigen hacia el sur desde sus áreas de cría, siguiendo la costa atlántica hasta alcanzar la península Ibérica. Durante la invernada, las primeras gaviotas sombrías que llegan a Madrid a finales del verano remontando los grandes ríos (Duero, Tajo y Guadiana) desde la costa atlántica, produciéndose las máximas concentraciones durante los meses de diciembre y enero. Cuando finaliza la invernada el paso prenupcial parece concentrar el flujo de individuos por el centro peninsular, cerrando un pequeño bucle entorno a la Península. Este paso se ha retrasado mucho permaneciendo las aves practicamente hasta el inicio del periodo reproductor por nuestras tierras. Algunos ejemplares no reproductores prolongan su estancia en Madrid hasta el verano, aunque en julio y agosto esta practicamente ausentes.


En Europa occidental la población reproductora de gaviota reidora mantuvo un incremento continuado a lo largo del siglo XX pero actualmente, aunque la especie continúa expandiéndose hacia el norte, el número podría estar estabilizándose o reduciéndose, al menos al sur de su área principal de distribución. Los individuos invernantes en Madrid proceden, fundamentalmente, de los países centroeuropeos, Escandinavia e Islas Británicas. Se documento su ausencia como reproductora en la primera mitad del siglo XX. Pero su expansión, y el incremento de sus efectivos reproductores, trajo como consecuencia una mayor presencia de la especie en Madrid durante el periodo reproductor. Habiéndose llegado a reproducir en varias ocasiones, aunque siempre de forma esporádica y local, lástima que aquel grupillo de unas siete parejas de la Laguna de Velilla, que tanto me sorprendió descubrir hace unos años, no se estableciera.

Fotografia 5: Larus fuscus en isleta en Parque Manzanares Sur en pleno otoño.
 

Las otras gaviotas: Rarezas, sorpresas y busqueda.

Las gaviotas tienen su aquel. Son comunes, vistosas, presentas plumajes de invierno y verano y plumajes diferentes según la edad. Son realmente difíciles de diferenciar pero nos sorprenden apareciendo "rarezas" en cualquier grupo de aves "comunes". Madrid ha resultado ser en los últimos años un lugar de enorme diversidad ornítica en invierno. El Manzanares no es indiferente a esto, especies que hacia tiempo que no se observaban han sido vistas cruzando Madrid, posiblemente porque haya muchos más prismáticos observando aves urbanas. A modo de ejemplo este otoño he observado las tres grandes águilas ibéricas, el pasado día seis de diciembre pude observar un águila perdicera (Aquila / Hierraaetus fasciatus) sobrevolando Madrid, un mes antes una real (Aquila chrysaetus) sobre el Calderón, y en septiembre un par de veces una imperial joven (Aquila adalberti).
Pero nada supera la atracción que la aparición de una rareza, un ave que no debe estar allí. Las gaviotas son un filón para esto. Y es que la emoción es enorme cuando descubrimos una rareza o localizamos un ejemplar ya citado. Va más allá del tachar nada de una lista, es la emoción de lo extraño, de la aventura única de ese ser que observas con admiración. Una tontería en realidad, a su lado muchas aves han recorrido también caminos asombrosos, este tan solo desvió su rumbo a tierras extrañas. A veces incluso escogen ese desvío y los esperas todos los años, a veces con cierta intranquilidad cuando su presencia se retrasa. Otras en cambio son visitantes regulares pero ocasionales, y suelen ser esas, cuyas diferencias son más sutiles, las que nos hacen escudriñar hasta que duelen los ojos para distinguir gaviotas caspicas de segundo invierno, o encontrar una cabecinegra en un grupo de reidoras, las patiamarillas, las argenteas entre grupos de sombrías. Muchos detalles necesarios de observar y a veces no se dejan ver bien, o hay poca luz, o ni siquiera recuerdas como distinguirlas en ese momento...

Gaviotas observadas en Madrid Río:

Gaviotas grandes
    Larus fuscus graellsi. (Gaviota sombría) *
    Larus fuscus intermedius (gaviota sombría báltica) *
    Larus michahellis michahellis (Gaviota patiamarilla mediterránea)*
    Larus michahellis lusitanius (Gaviota patiamarilla cantábrica)*
    Larus michahellis ssp. (Gaviota patiamarilla canaria)*
    Larus cachinnans (Gaviota cáspica)*
    Larus argentatus argenteus (Gaviota argéntea occidental)*
    Larus delawarensis (Gaviota de delaware)
    Larus marinus (Gavión atlántico)
Gaviotas pequeñas o medianas
    Larus melanocephalus (Gaviota cabecinegra)*
    Larus ridibundus (Gaviota reidora)*
    Larus canus (Gaviota cana)*
    Larus pipixcan (Gaviota de Franklin)*
    Rissa tridactyla (Gaviota tridáctila)
*Comprobación personal.

Conclusiones varias

No es sorprendente la aparición de especies como gaviotas o cormoranes en nuestros ríos: Cauces destrozados, sin riberas, encauzados, cientos de embalses, vertidos incontrolados, captaciones, falta de recarga de los acuíferos, bombeos, "limpiezas de cauces", modificaciones de cursos, edificación en zonas de inundación, uso intensivo de todas las vegas, acumulación de residuos, destrucción de zonas de inundación y humedales asociados, trasvases, repoblaciones de pesca, especies invasoras, escasos caudales. Nuestros ecosistemas riparios están tan intervenidos que los cambios en su biocenosis son evidentes. Los habitantes de nuestras aguas son el resultado de una alteración total y casi destrucción de los habitats originales, quedando las especies más resilentes a las que se han sumado especies cosmopolitas, especies antropicas, especies pescables introducidas y favorecidas, especies invasoras, especies domesticas cimarronas...

Salvo algunos rincones podríamos hablar de antropoecosistemas, o novosistemas. Pero, claro está, con la perdida de diversidad y estructura de estos ecosistemas las crecidas y estiajes son aún más destructivos y catastróficos. Entre los múltiples servicios ambientales que ofrece un ecosistema de bosque de galería en cualquiera sus variantes están la protección frente a las avenidas, la protección frente a una excesiva evaporación, limpieza de contaminantes, ...

Claro que cuando ya hablamos de un canal con diez compuertas, regulado por embalses, integrado en una gran urbe. Resulta sorprendente que sea el curioso corredor ecológico que permeabiliza la barrera infranqueable de la gran urbe. Un pequeño río mediterráneo y caprichoso en su caudal, completamente domado y sin embargo punto de recolonización de tantas especies que habían abandonado la ciudad o apenas la visitaban.

Renaturalización urbana aplicado a transformar el medio urbano en más permeable a la fauna lo comencé a utilizar como idea compendio de todo lo bueno que podíamos hacer los vecinos en favor de la diversidad. Me alegro de ver que se aplica a permitir al Manzanares recuperarse, efectivamente actúa como corredor biologico para conectar los espacios naturales situados al norte (Parque Regional Cuenca Alta del Manzanares) y sur (Parque Regional en torno a los ejes de los cursos bajos de los ríos Manzanares y Jarama) como corresponde a la definición de renaturalizar en la terminología de conservación.

Pero, este termino, renaturalización (rewilding), se estaba usando principalmente para la recreación paisajística de tiempos pasados, como ganaderías de bisontes, uros y caballos salvajes... Claramente un manejo buscando la introducción forzada de especies emblemáticas, aunque pueda ser justificado como una mejora de hábitat (puesto que las medidas de adaptación del medio a las necesidades de la especie a introducir suelen resultar en mejoras en la ciertos factores de la calidad del hábitat), es una solución cara y falaz. El no hacer nada y dejar que la naturaleza "siga su curso" siempre es preferible que proyectos que no valoren las consecuencias. En el termino medio, con intervenciones puntuales de bajo impacto para mejorar y diversificar habitats, parece estar la solución.

Fotografia 6: Puesta de Sol de cielos "goyescos" en el Parque de la Arganzuela frente a la Playa de Parque Rio, donde se acumulan muchas gaviotas.

2 comentarios:

  1. Gracias Aitor. Me gusta pajarear, así que te agradezco muchísimo tanta info y las hermosas fotografías.

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  2. Muchas gracias Aitor, Muy interesante info, clara y amena que nos permite apreciar y disfrutar mejor de la naturaleza. En este caso el poder descifrar el porque de la presencia de gaviotas tan lejos del mar. Las tengo frente a mi piso todos lo días y es un espectáculo fascinante.

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